Fundador

Meishu-Sama es el nombre religioso de Mokichi Okada. Literalmente, “Meishu” significa “Señor de la Luz” y “Sama” es una forma respetuosa de tratamiento.

Mokichi Okada nació el 23 de diciembre de 1882, en el barrio de Hashiba (Asakusa), en la ciudad de Tokio, Japón. Desde la infancia, se dedicó a las artes y se preocupó por el bienestar de los demás.

 

Hasta los 38 años de edad, Mokichi Okada era ateo. Él pensaba que la vida era algo que se construía solo con el esfuerzo y la inteligencia de cada uno, una creencia que también aplicó a su vida cotidiana con gran éxito. En resumen, tenía absoluta confianza en sus posibilidades y creía que, si agregaba esfuerzo y vivía correctamente como ser humano, no habría nada en el mundo que pudiera estar en desacuerdo con sus deseos. Y hasta ese momento, la vida lo llevó a creer que tenía razón; después de todo, se había convertido en un empresario respetado y exitoso.

 

Sin embargo, llegó una época en que esta autoconfianza fue poco a poco desapareciendo. Los continuos y graves infortunios que lo alcanzaron en la vida familiar y empresarial, lo llevaron a sentir la insignificancia de la fuerza humana.

Sin encontrar respuestas racionales en la filosofía y la ciencia, que le explicaran la causa de tanto sufrimiento, comenzó a investigar diversas religiones en busca del camino de la salvación, es decir, de un medio para liberarse de los infortunios. Al respecto, escribió:

Como resultado [de los sufrimientos], terminé recurriendo a lo que todos buscan en estas ocasiones: la religión. No tuve otra salida que ir a buscar la salvación en el sintoísmo y el budismo, como era costumbre; así, tuve conocimiento de la dimensión espiritual, como por ejemplo la existencia de Dios, del Mundo Espiritual, de la vida después de la muerte etc.

 

Reflexionando sobre mi forma de ser en el pasado, me arrepentí entonces de mi propia ignorancia.Luego de este despertar, mi concepto de la vida dio un giro de ciento ochenta grados. Intuí que el ser humano es protegido por Dios y que, si no reconoce la existencia del espíritu, no será más que un ser vacío.

 

“¿Existen divinidades?”, Colección Cimiento del Paraíso, vol. 1.

Sin encontrar respuestas racionales en la filosofía y la ciencia, que le explicaran la causa de tanto sufrimiento, comenzó a investigar diversas religiones en busca del camino de la salvación, es decir, de un medio para liberarse de los infortunios. Al respecto, escribió:

Identificándose principalmente con su propósito de reformar el mundo, Mokichi Okada ingresó en la religión Oomoto y comenzó a dedicarse en cuerpo y alma a los estudios del mundo invisible, de los fenómenos parapsicológicos y a la práctica de la fe.

 

Desde diciembre de 1926, durante tres meses, vivió una experiencia mística maravillosa, a través de la cual recibió la Revelación Divina sobre el pasado, el presente, el futuro de la humanidad y el suyo, entre otras cosas, según los Planes de Dios. Alcanzó el estado de Suprema Iluminación Espiritual y tomó conciencia de la misión que Dios le había atribuido, de la causa de los problemas de la humanidad y de los medios para resolverlos y así construir un mundo paradisíaco libre de enfermedad, pobreza y conflicto y una sociedad espiritual y materialmente desarrollada.

 

En 1944, Meishu-Sama inició en Japón la construcción de prototipos del Paraíso Terrestre, también conocidos como Suelos Sagrados, con el fin de dejar a la humanidad los cimientos y el camino hacia la realización del mundo ideal.

Así, estos prototipos, que fueron construidos en Japón en las ciudades de Hakone, Atami y Kyoto, representan la esencia de la doctrina y misión de la Iglesia Mesiánica Mundial, que es la construcción del Paraíso Terrestre. Su mayor legado, sin embargo, fue conceder al ser humano la calificación y el permiso para actuar como su instrumento, transmitiendo la poderosa Luz de Dios, el Johrei, que purifica el espíritu y cuerpo y elimina la causa de todos los sufrimientos humanos, guiándolo así hacia la verdadera salud, prosperidad y paz.

 

Meishu-Sama también actuó en diferentes áreas. En el campo de las artes, construyó museos, creó jardines que armonizan la belleza de la naturaleza con la idealizada por el ser humano. Del mismo modo, se dedicó al Ikebana (actividad artística con flores), la caligrafía y a otras expresiones artísticas. En el campo de las letras, además de haber escrito poemas, sus Enseñanzas presentan los principios de la Verdad revelada por Dios para la construcción de un mundo verdaderamente civilizado

A través de su experiencia personal de cultivar la tierra sin el uso de fertilizantes, fue el precursor del método de Agricultura Natural en el que la Gran Naturaleza es la maestra; el suelo es valorado como un ser vivo y los alimentos están llenos de energía vital. Por lo tanto, su propuesta para la salvación de la humanidad integra el espíritu y la materia.

 

Meishu-Sama ascendió al Mundo Divino el 10 de febrero de 1955, pero su sueño de hacer feliz a la humanidad resuena dentro de cada uno de sus seguidores en todo el mundo.